Dijo el presidente de la comisión económica de la CEOE el pasado 19 de los corrientes, que la culpa de que se haya destruido tanto empleo en España la tiene la subida salarial habida en el 2009: el 2,6% de media en los convenios colectivos firmados. No voy a entrar en la disyuntiva de si tal afirmación es cierta o no, voy a suponer que lo sea.
Si ello es así, si verdaderamente se hubiese destruido mucho menos empleo, o nada, si los salarios hubiesen crecido menos o no hubiesen crecido, ello indicaría que el Señor José Luís Feito estaba reconociendo que el PIB español tiene una estructura ultraintensiva en factor trabajo, una estructura que no justifica la inversión debido al reducido valor añadido de los bienes y servicios que conforman ese PIB, y que la única forma de ganar competitividad que tiene la economía española es a través de competir en costes salariales ya que ganar ‘productividad buena’ no es posible. El Señor Feito no dijo todo esto, pero si lo hubiese dicho le estaría dando la razón: pienso que las cosas de la Economía, en el reino, son así.
Pero el razonamiento del presidente tiene una pega. Por mucho que se congelen los salarios en España, por reducidos que los salarios españoles sean, siempre será posible encontrar algún lugar en el que sean más baratos (por ejemplo aquí al lado, en Marruecos: el salario industrial horario medio es el 10% del español), pero es que los costes salariales cada vez son menos importantes, sobre todo si el valor añadido es bajo, y no, no es un contrasentido. Cuanto más reducido es el valor añadido, más barata será la tecnología requerida para automatizar el proceso productivo, si a eso añadimos que la tecnología constantemente se está sofisticando, simplificando y abaratando, el resultado es … que los costes salariales son menos significativos.
El empresariado español quiere reducir costes salariales porque así piensa que bajarán sus costes totales y de resultas de ello podrá aumentar la competitividad y exportar más; por lo dicho el razonamiento no es correcto. Pero lo trágico del asunto, es que no pueden querer otra cosa porque cualquier otra cosa que quisieran está vetada a la mayoría del empresariado español. En otras palabras y centrándonos en el tema del empleo: aunque los salarios se congelasen, aunque se redujesen (lo harán) el desempleo continuaría creciendo (lo hará). Punto.
Pero el Señor Ignacio Fernández Toxo pienso que tampoco acierta cuando dice que la causa del desempleo español se halla en la elevada contratación temporal que se da en el reino . España tiene la tasa de temporalidad que tiene -el 25%, hoy, el 30% ayer: ¡que bien, ha bajado!- porque el modelo productivo español sólo admite una tasa de desempleo ‘asumible’: el 9%, a base de: 1) contratación temporal elevada y 2) subocupación de parte de la población activa empleada; si los sindicatos se rebelan contra ese mapa de la demanda de trabajo y/o la actividad económica no es capaz de generar un PIB que ocupe población activa, puede que la tasa de temporalidad se reduzca, pero a costa de aumentar la de desempleo; el momento actual sirve como ejemplo.
Es decir, pienso que para España el tema ha sido: o elevada tasa de temporalidad y de subocupación (los famosos ‘becarios’ subempleados y subremunerados, por ejemplo), o el desempleo creciente; ya sabemos lo que sucedido: ‘ido’, es decir, lo que ha pasado: ayer; mañana … Recuerdo una viñeta que el genial Forges publicó hace unos años en El País; un cartel encabezaba una gran masa de personas que se suponían en manifestación, en la pancarta podía leerse: ‘No al contrato detritus, si al contrato basura’; al pie de la viñeta un año, el 2050, creo
Vía: La Carta de la Bolsa
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